¿Qué es una Ciudad Inteligente y qué partes de la ciencia se ven involucradas en la llamada Smart City? ¿Qué componentes científicas encontramos en una ciudad innovadora y rodeada de las nuevas tecnologías? ¿Estarán las Matemáticas, la Física o la Química presentes en las Smart Cities?
Una Smart City o ciudad inteligente, es una ciudad que incorpora las nuevas tecnologías y herramientas digitales para mejorar la experiencia de los ciudadanos y visitantes. La movilidad, la economía, las viviendas y edificios públicos, los habitantes o los servicios de administración digital. Un modelo de administración de ciudades que cada vez más se extiende por hasta los municipios más pequeños
Las matemáticas de una Smart City
El análisis de los datos y sus conclusiones son una de las principales herramientas tecnológicas de las llamadas ciudades inteligentes. Los números, gráficas, modelos matemáticos, análisis predictivos, prescriptivos y descriptivos son algunas de las herramientas del Big Data y de las matemáticas que se ponen en juego para la gestión de este tipo de ciudades.
Y es que lo que no se mide no se puede mejorar, y en eso juega un papel fundamental los portales de datos abiertos, los cuadros de mando y la visualización de los datos. Todo ello englobado en las leyes y el conocimiento que nos brinda una ciencia fundamental como es la estadística.
También vemos más matemáticas detrás de tecnologías como la Inteligencia Artificial (presente en los vehículos autónomos, la predicción del tiempo o los chatbots que utilizan los ciudadanos), la conectividad (basada en la lógica, la electrónica y en parámetros eléctricos)
Física en una ciudad inteligente
Las ciudades inteligentes también siguen las leyes de la termodinámica… y por supuesto, las de la Física. Y es que podemos hablar de tecnologías tan poderosas como el Big Data, el Internet de las Cosas o la Robotización gracias a ciencias básicas como la física.
Los GPS y la geolocalización de los dispositivos (muy frecuente en las Smart Cities con el Internet de las Cosas) funcionan gracias a leyes como la relatividad. Gracias a los satélites que hemos subido a nuestros cielos podemos tener información en tiempo real del tráfico, distancias y tiempos de nuestros viajes. También gracias a los satélites, las leyes de la óptica y el funcionamiento de las ondas electromagnéticas funcionan nuestros sistemas de conectividad (5G, fibra óptica, WiFi…)
Los sensores son instrumentos de medida desarrollados principalmente por físicos (e ingenieros). Gracias a ellos podemos medir temperatura, presión, pH, humedad, el grado de inclinación de un contenedor o la presencia de una persona. Otra contribución de la ciencia básica necesaria en la digitalización de nuestros modos de vivir y relacionarlos con los demás.
Química: también aparece en la Smart City
La química es otra ciencia básica que tenemos presente en nuestras localidades inteligentes. Muchos parámetros químicos como el pH, la turbidez, la conductividad son los que miden la gestión del ciclo integral del agua. Y es que los tratamientos físico-químicos de las depuradoras funcionan cada vez más con sensores que proporcionan los valores de esas magnitudes en tiempo real, permitiendo el análisis de los datos y la toma de decisiones a distancia.
La composición química del aire o del medio ambiente también se estudia gracias a los datos, la nube y la conectividad. Es sorprendente ver toda la ciencia detrás de una Smart City
La Ingeniería es cosa de Smart Cities
La ingeniería, como punto de encuentro entre la ciencia y la tecnología, es una de las claves que apoyan la innovación de nuestras ciudades inteligentes. Y es que las tecnologías que impulsan los territorios son creaciones de la ingeniería.
La sensorización, la nube, la conectividad, la robotización y, en definitiva, el diseño y desarrollo de dispositivos que podemos llamar inteligentes (son aquellos que están conectados) funcionan gracias a los avances de la Ingeniería.
Las telecomunicaciones, la programación y desarrollo de software, el diseño de producto, la fabricación de vehículos eléctricos o los robots de la industria son otras aportaciones que incluimos de las distintas ramas de la ingeniería.
Biología y Medio Ambiente dentro de una ciudad inteligente
La sostenibilidad o la eficiencia energética son uno de los compromisos y grandes objetivos de las ciudades actuales. La medición de la calidad del aire, del agua, la contaminación o la calidad del medio ambiente son posibles gracias a la biología y ambientología.
La agricultura inteligente, que mezcla los conocimientos tecnológicos con la gestión de los terrenos agrícolas y ganaderos (existen numerosos dispositivos inteligentes, como collares, que también utilizan los ganaderos con sus animales) o la monitorización de playas, lagos y embalses son posibles gracias a ciencias básicas como la biología, la ambientología o la física. La prevención de catástrofes naturales como las inundaciones o incendios son algunas de las posibilidades que ofrecen estas tecnologías.
Esta es la ciencia que hay detrás de una Smart City ¿Qué componentes o áreas científicas crees que nos ha faltado para completar la Smart City?